Hola
queridos frioleros, voy a seguir mostrándoos algunas de mis fotografías
favoritas. Todas pertenecen al viaje que realicé el año pasado a Portugal junto
al maravillo e inigualable grupo… The Arquitects, aunque no al completo. Antes
de nada tengo que decir que hay exactamente 1.676 fotos de ese viaje. El
proceso de selección no ha sido sencillo, aunque tengo muchas más que os
mostraré más adelante.
La primera fotografía está realiza por mí en un maravilloso mirador de Lisboa. Aquí aparecen Elefante Elegante y Pingüina Divina contemplando la ciudad. Concretamente están adivinando donde está el hostal en el que nos hospedábamos. Se situaba en el Bairro Alto, más concretamente en el Miradouro. Conozco a unos a los que se les acaba de escapar una sonrisa. Detrás de la masa de árboles que hay más o menos por encima de la cabeza de Noelia. Me gusta está imagen por la sensación de tranquilidad apartada de la ciudad que me transmite. Tiene tres franjas diferenciadas: cielo, ciudad, muro. Y lo único que se sale de esta composición son sus dos protagonistas.
La segunda fotografía es un recuerdo de enlace matrimonial. ¿De quién? De Lady Borde y Condesa Desorientada, ambas del blog Baúl del Desastre. Surgió una ficticia historia de amor en este viaje, dos en realidad. La maravillosa tuvo lugar en un escenario onírico situado en Sintra, muy cerca de Lisboa. A la izquierda vemos a las dos nerviosas, pero sonrientes novias en el día más especial de su vida. Y a la derecha a la testigo y el sacerdote que bendijo esta unión, yo. Bueno, también hay un invitado despistado, Mr. Friki, mirando mapas como siempre. La imagen es muy luminosa y natural, algo que intentamos incrementar con nuestras caras de felicidad.
Aquí estamos todos los que fuimos al viaje. De derecha a izquierda, Mr. Friki (Daniel), Quisquilla Graciosilla (yo), Lady Borde (Bea), Elefante Elegante (Elisa), Sr. Bocazas (Raúl), Condesa Desorienta (Rebeca) y Pingüina Divina (Noelia). Inmortalizamos con esta imagen nuestra primera noche en Lisboa. A primera vista parece que estamos todos estupendos, y realmente lo estamos, pero fijaos un poco más. Algo que me llamó la atención de esta imagen es el color azulado del anochecer que se cuela por las ventanas de nuestra habitación. Una foto sencillamente épica.
Volvemos
a Sintra, el lugar que visitamos tenía unos pozos increíblemente profundos y
estrechos. En un principio pensamos que eran para recoger agua, pero ya en
ellos descubrimos que eran unos pozos de meditación. No recuerdo exactamente
que tomó la instantánea, pero hizo un gran trabajo. Nos encontramos en la
oscuridad, en la parte más profunda del pozo y ligeramente desplazado hacia la
izquierda un gran foco de luz, el exterior, alrededor del cual se puede
apreciar la mágica escalera de bajada. Está fotografía está entre mis favoritas
por su contraste y por como la luz invade la oscuridad, reflejando ese sentido
de retiro espiritual.
Un saludo desde el Poli Norte.
Quisquilla Graciosilla